Se ha demostrado que los contaminantes del aire causan una gran cantidad de diferentes efectos adversos para la salud. Estos efectos incluyen el deterioro de la función respiratoria y cardiovascular. Sin embargo, en los últimos años, la evidencia muestra efectos más allá del pulmón y el sistema circulatorio. Se ha demostrado que las enfermedades neurológicas, como, la enfermedad de Alzheimer (EA), están asociadas con la vida cerca del tráfico. Sin embargo, la razón de esto ha quedado sin resolver. A pesar de que la contaminación del aire y las enfermedades cerebrales están relacionadas, los efectos de las partículas extremadamente finas en la función cerebral no se han evaluado suficientemente. Además, los mecanismos moleculares y celulares que subyacen a la conexión entre la salud del cerebro, la EA y la contaminación del aire siguen siendo completamente desconocidos. Si bien se ha discutido la asociación de los contaminantes del aire con el deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas como la EA, tampoco ha quedado claro qué componentes de la contaminación del aire son responsables de estos efectos. Además, se sabe muy poco acerca de los efectos de las partículas extremadamente finas, así como de los compuestos organicos volatiles de origen de los motores de combustión, especialmente con respecto a los efectos más allá del pulmón, la entrada principal y el órgano objetivo primario.

 

Existe una necesidad urgente de comprender la interacción de los contaminantes con efectos adversos en el cerebro, para dirigir la toma de decisiones políticas para la reducción eficiente de los contaminantes del aire. Esto podría, a la larga, reducir la carga económica causada por las enfermedades asociadas con ellos. Para abordar esta necesidad insatisfecha, el proyecto TUBE une la experiencia interdisciplinaria para estudiar estos efectos adversos de partículas extremadamente finas (UFP) en el pulmón y el cerebro humanos. Apoyándose en este enfoque interdisciplinario y metodologías de investigación de vanguardia, TUBE tendrá como objetivo descubrir los componentes dañinos de la contaminación del aire e identificar biomarcadores para la detección temprana de enfermedades cerebrales relacionadas con la contaminación del aire. Esto podría mejorar la salud del cerebro, reducir la prevalencia de enfermedades cerebrales, proporcionar ahorros económicos significativos y proporcionar datos que se utilizarán para apoyar la planificación de la futura política de tráfico en toda el mundo.